La semana empezó con amenazas e intimidaciones. Personales y Grupales. De forma decorosa y de las otras formas también. Por la televisión “oficial” hacían su juego: “la asamblea está desinformada, este emprendimiento es trabajo, no contamina… bla, bla, bla”. Ya no utilizaron medios donde podamos expresarnos y mucho menos existen noticias que reflejen una idea o una declaración de la asamblea de vecinos. Tranquilidad, paciencia: todo cae por su peso propio.
En la asamblea del día martes se definen los últimos detalles de la caravana. Hay compromiso, hay convocatoria, tal vez algunas bajas también. Vecinos que pasan al grupo de los que: “no pueden mostrarse”. Sí, más aprietes. Tranquilidad, paciencia: las causa es justa.
Llega el Viernes. El momento de la 4ª Marcha. Día laborable, horario laborable. Se van acercando. Se suma gente nueva. Amigos que siempre están no pueden llegar. Se retrasa la partida unos minutos. “Sanidad Ambiental” monitorea, toma nota. Se espera por los tractores. Se espera por el equipo de sonido. Al fin estamos prestos.
Extensa caravana: tractores, autos, motos, camionetas. Banderas, carteles, verdad, pancartas, colores, razones, bocinas, familias, balizas, amistad. El ánimo va increscendo.
Los vecinos, los que no están en la caravana, a su paso, saludan, aplauden, apoyan.
Los vehículos se suman en el camino. El apoyo crece. El ánimo también.
La radio transmite en vivo. Sí, la radio comunitaria, la emisora que trasciende los límites del departamento y no sólo por su potencia, sino por su carácter.
Acerca la verdad sobre la contaminación y los perjuicios que traería para Pocito y sus habitantes. La verdad de “Pocito sin Cementera” atraviesa la distancia. La realidad es una sola, una sola.
A la Villa llegamos. A la zona comercial. La vida cotidiana se paraliza. Destellos y bocinazos exclaman: AQUÍ NO!!!. No en Pocito, no en Nuestro Cerro. Los parlantes explican los porqué. Una vez más. Las veces que sean necesarias. Los comerciantes, sus empleados, los compradores, los transeúntes prestan atención. Nosotros; esperamos que pronto actúen también.
Proseguimos. La caravana recorre Villa Aberastain. Plaza principal. Dimensionamos la extensión de la manifestación. Los vehículos cubren todas las calles adyacentes, todo el perímetro. No hay que olvidar: día de semana, horario de obligaciones laborales o de estudio. De todas formas hay convocatoria, hay compromiso.
Por calle 11 vamos hasta calle Mendoza. Rotonda. Corte total de tránsito. Nuestras disculpas por las molestias ocasionadas: la falta de diálogo nos deja sin alternativa. La policía no esperaba semejante convocatoria. Intenta ordenar el pequeño caos.
Son algunos minutos. Todos descendemos de los autos. Con cánticos, con aplausos, mostrando las banderas. El ánimo en su punto más alto. Entusiasmo en todos. Nos hacemos sentir. Una vez más la verdad y las razones prosperan. Los amplificadores esparcen las palabras en los alrededores cercanos. La radio en “los” lejanos. Son semillas que buscan tierra fértil. Y en Pocito el suelo de calidad abunda.
Nos avisan que la radio es interferida…¡#*^!. Son sólo unos minutos. Todo sigue.
Retomamos calle 11. Después avenida Aberastain, otra vez, ahora hacia el sur. El entusiasmo ahora si desborda. Sonrisa de oreja a oreja en cada manifestante. La caravana ha sido un gran suceso, nos hemos manifestado contundentemente. Continuamos hacia La Rinconada, todos volvemos. Entramos al Bº Facundo Menem y Bº Rinconada: los vecinos escuchan, se asoman, se alegran. Más aceptación. Más apoyos. Estamos de vuelta: Unión Vecinal La Rinconada. La caravana se detiene, ahora todos de a pie. Todas y todos tan contentos, tan satisfechos. Nos hemos expresado enérgicamente. Una vez más. A pesar de todo. Todos convencidos: NO pasarán. NO en Nuestro Cerro.
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Muy buena descripción de lo vivido durante la caravana. ¡Seguimos movilizados porque seguimos vivos!
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